viernes, 20 de agosto de 2010

Rothschild y Rockefeller tienen el dinero. •••Nye, otra cara del cerebro•••

Otra cara de la moneda, otro estratega actual, neoliberal pero con una estrategia de politica exterior distinta a la que vimos en el artículo anterior, y que todo pareciera indicar es la que está aplicando en buena parte el presidente Obama, es la que se conoce como "poder blando" y que fue desarrollada por Joseph Nye, a quien mencionamos en el artículo anterior.


Joseph Nye. Nacido en EE.UU en 1937, es uno de los politólogos más influyentes a nivel internacional. Joseph Nye ha sido decano de uno de los centros más prestigiosos de estudios políticos: la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, en la Universidad de Harvard.
Nye dirigió el Consejo de Inteligencia Nacional y fue número dos del Pentágono entre 1994 y 1995, con la primera Administración de Clinton.

Una de las teorías más importantes que le han otorgado su actual prestigio como politólogo es la que realiza en torno a la idea de lo que él denomina “poder blando”. El término fue acuñado en un libro de 1990,  Bound to lead: The Changing Nature of American Power El concepto de poder viene definido por la capacidad de influir en los demás para conseguir que hagan lo uno quiere que hagan.

Según Nye existen, al menos, tres maneras principales de que esto suceda: la primera es mediante la coacción, la segunda mediante el uso de la zanahoria o recompensa y la tercera consiste en ser capaces de generar una atracción subjetiva hacia algo que las personas desean llegar a ser.

El poder blando representa una tercera vía de obtener poder de una manera menos agresiva. El poder blando se contrasta con poder duro, que ha sido históricamente la medida más utilizada para obtener el poder nacional. Se puede llegar a calcular el poder duro relativo de un Estado, a través de las cifras cuantitativas, tales como el tamaño de la población, militares en activo o la inversión militar. 


Pero incluso teniendo esos recursos de una manera preponderante, no siempre produce los resultados deseados, como en el caso de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam.

Los recursos de poder blando de un estado son la cultura (cuando resulta atractiva para los otros), los valores (cuando no hay hipocresía en su aplicación) y la política exterior (cuando se considera legítimo a los ojos de los demás). El grado de atracción de los Estados pueden ser medidos mediante encuestas de opinión pública y estudios de casos.

El poder blando utiliza un tipo de persuasión diferente a la fuerza o al dinero para engendrar la cooperación. Prefiere atraer mediante el uso de la justicia, los valores compartidos y el deber de contribuir al logro de esos valores.

El éxito de poder blando en los estados, depende en gran medida de la reputación del país dentro de la comunidad internacional, así como el flujo de información entre los actores. De este modo, el poder blando se asocia a menudo con el aumento de la globalización neoliberal y la teoría de las relaciones internacionales. La cultura popular y los medios de comunicación son fuentes principales de de poder blando.

Según Nye , hoy en día EE UU es aún el poder dirigente en el mundo. Tras el colapso de la Unión Soviética, nadie ha podido equilibrar el poderío militar de EE UU. Paralelamente la economía americana ha estado en la vanguardia de la revolución de las tecnologías de la información. Con Internet, con las universidades, exportando formas culturales, o con otros medios, EE UU, señala, logra este poder gracias a la posición central que ocupa en las redes mundiales, aunque globalización no equivalga a americanización.

Esto supone que en términos de poder blando, EE UU sigue resultando atractivo para mucha gente en multitud de países. EE UU tiene más poder hoy que ningún otro país. Cree que dentro de 20 o 30 años, EE UU seguirá liderando, pero no de una forma tan amplia como hoy.   


Desde el punto de vista de las relaciones internacional y la política exterior norteamericana estima que la principal amenaza sigue siendo Rusia, dada su capacidad nuclear. Cree igualmente fundamental gestionar correctamente las relaciones con China, que es el poder emergente.

Para ello la piedra angular de la política exterior americana sigue siendo la con Europa. Y luego hay que ayudar a las zonas del mundo que se han quedado rezagadas respecto a las ventajas de la globalización, en particular África, y hasta cierto punto América Latina.  

Su visión de las relaciones internaciones sigue siendo lúcida y su teoría del poder blando ayuda a explicar los factores subjetivos del poder. Sus aportaciones otorgan legitimidad a aquellos estados que obtienen influencia internacional gracias a sus avances culturales e ideológicos, a los que augura mayores posibilidades de avance dentro de la comunidad internacional. Gracias a su aguda visión de la realidad internacional y a su participación activa en política, Nye está permitiendo remover los cimientos de la preponderante escuela del realismo político norteamericano en las relaciones internacionales.
La encuesta 2008 de  VIAJE 1700 estudiosos de las relaciones internacionales, le clasificó como el sexto estudioso más influyente de los últimos veinte años, y el más influyente en la política exterior estadounidense.
Nye es el teórico del “poder blando” , una nueva forma de imperialismo basada en guerra económica, subversión, engaño y golpes de estado populares.
Pareciera que después del 9-11. La política de los EE.UU. se basa en 7 aspectos :
 John Ikenberry en un artículo del Foreign Affairs titulado La ambición imperial de Estados Unidos describe los 7 elementos :
  • mantener un mundo unipolar: no se permite que ninguna coalición alcance una posición hegemónica si no incluye a los EEUU.
  • análisis de las amenazas globales y de cómo deben ser atacadas: los grupos terroristas que no son Estados ni se ajustan a las reglas del juego, que los demás aceptan, no pueden ser apaciguados ni disuadidos, por lo que deben ser eliminados.
  • pérdida de vigencia del concepto de disuasión por los grupos terroristas, por lo tanto la única opción es tomar la ofensiva, y por tanto se prefiere errar de exceso que de omisión. Esto va en consonancia con las palabras dichas por Donald Rumsfeld al comienzo de la guerra contra el terror, esto es, "la falta de elementos de prueba no es prueba de la falta de armas de destrucción masiva". Recordemos que esto va totalmente en contra de los principios de legítima defensa y de la carta de Naciones Unidas.
  • redefinición de soberanía: si los terroristas no respetan las fronteras, EEUU tampoco tiene por qué hacerlo, por lo tanto los países que acojan a terroristas pierden su soberanía.
  • depreciación general de las reglas, de los tratados y de las asociaciones de seguridad internacional, ya que no son más que obstáculos para la política exterior estadounidense, por lo tanto EEUU debería operar bajo sus propias condiciones.
  • Estados Unidos necesita actuar de manera directa y sin limitaciones en respuesta a las amenazas.
  • por último, la estabilidad internacional no tiene un gran valor.
Para entender y conocer un poco la mente de Joseph Nye y hoy consejero de Barack Obama, es bueno analizar su libro “La paradoja del poder norteamericano”.   Dentro de este marco es donde Joseph Nye escribe , comienza advirtiendo que aunque Estados Unidos sea el país con mayor poder, éste encierra peligros y se deben hacer mejor las cosas, como no actuar de forma unilateral o ser arrogantes, ya que la preeminencia estadounidense disminuirá.

Por ello, EEUU debe hacer un esfuerzo por cooperar con otros países. Lo primero que deben hacer los dirigentes es definir el interés nacional de manera que incluya los intereses globales, que hará alargar la primacía estadounidense en el tiempo.


Pero no sólo la primacía militar es el aspecto a destacar del liderazgo, sino que hay indicios de que el “poder blando”  es cada vez más importante en la era de la globalización, donde los grupos muy pequeños pueden hacer que algunos Estados-nación se tambaleen. Es lo que ocurre con el terrorismo internacional. EEUU no debe actuar de modo unilateral porque necesita la cooperación de otros países en términos de logística o información para atrapar a esos grupos violentos.


Dicho esto, en el primer capítulo del libro,  Nye nos habla del coloso estadounidense, que mantendrá su posición de número uno en la política internacional hasta bien entrado este siglo, "pero sólo si aprendemos a utilizar nuestro poder sabiamente" (pág. 23), dice el autor. Hay que aprender a no caer ni en el triunfalismo, que podría generar una ausencia de contención y una gran arrogancia que minaría la influencia norteamericana, ni en el derrotismo, que podría producir un comportamiento demasiado cauto.


La tesis del autor está centrada en que si Estados Unidos quiere conservar su poder deberían prestar más atención a su poder blando, una forma indirecta de ejercer el poder: "un país puede obtener los resultados que desea en política mundial porque otros países quieran seguir su estela, admirando sus valores, emulando su ejemplo, aspirando a su nivel de prosperidad y apertura" (pág. 30). Es decir, que es más sutil hacer que otros Estados quieran seguirte que hacer que te sigan por otras vías como la militar, esto es, la utilización del poder duro. Según Nye, Estados Unidos tiene un gran poder blando gracias a los valores de la sociedad norteamericana, su cultura, que son admirados por todo el mundo porque son valores globales.


Pero tanto el poder duro como el blando son importantes para ejercer el liderazgo y se complementan entre sí. No se puede ser líder si no se tiene alguno de estos dos poderes. Y los unilateralistas defienden el poder duro frente al blando, lo que hace disminuir la influencia de EEUU en el mundo. Incluso si se comporta de modo que beneficie a otros países, las coaliciones antihegemónicas pueden tardar en aparecer y eso también beneficia a los Estados Unidos por medio de su mayor estabilidad internacional.


Hasta aquí, pareciera que EE.UU. utilizó su “poder blando” para lograr acuerdos en varios países Latinoamericanos que le permitan posicionarse militarmente en el área, siendo Costa Rica el caso más asombroso del poder de persuasión de ese poder blando. Pero también parece evidente que ese posicionamiento militar es para luego aplicar el poder duro contra las naciones socialistas.


A continuación, Nye señala una serie de candidatos potenciales a enfrentarse a la hegemonía estadounidense.
China
A partir de su gran población y la actitud del gobierno chino se considera a este país como un posible candidato a la confrontación con 
EEUU. Sin embargo, el mismo Nye subraya que el auge chino es un "concepto erróneo" ya que la anomalía china es el período de la colonización en la que perdió su puesto de gran potencia.
Por otro lado, el gran potencial chino tiene muchos problemas por el incontrolado crecimiento poblacional, la migración, el medio ambiente y los conflictos internos.
Asimismo, un enfrentamiento entre China y Estados Unidos haría que el esfuerzo militar fuese demasiado grande como para que beneficiase a alguno de los dos países, como un enfrentamiento probablemente por Taiwán.
Además, para contrarrestar al poder chino, Estados Unidos ya tiene una gran baza en la región, que es Japón.
Japón
Japón es una nación que compite sólo económicamente con Estados Unidos, ya que el gran crecimiento económico se dio gracias a que su gasto militar fue muy bajo. No obstante, la actitud etnocéntrica japonesa y su política nacional, como la restricción de las emigraciones, ayudan a amortiguar su poder blando.
Por lo tanto, el futuro de Japón pasa por su alianza geoestratégica con 
EEUU, según el autor.
Federación Rusa
"Se tendría que dar un comportamiento estadounidense muy torpe para [...] llevar a Rusia y China a caer uno en los brazos del otro" (pág. 50), y según Nye, esto se produciría si 
EEUU se orienta hacia el autoritarismo.
Rusia sigue siendo considerada como una amenaza por el autor gracias a su gran arsenal militar y su renuncia a acabar con las cabezas nucleares y misiles. Sin embargo, la posición de Rusia actualmente no es la de un actor internacional que lidere una coalición en contra de Estados Unidos, sino la de un país con graves problemas internos, aunque poco a poco los vaya solventando.
India
Debido a su potencial militar y su democracia le puede parecer a algunos un posible rival, pero todavía se tienen que producir mejoras para solucionar su subdesarrollo. Además, en lugar de convertirse en un rival de Estados Unidos, es probable que quiera contrarrestar el poder chino.
Europa
Según Nye, es "lo más parecido a un igual que tiene antes sí Estados Unidos" (pág. 55), y ya ha limitado el papel norteamericano en el comercio, en su influencia dentro de la OMC (Organización Mundial del Comercio), en asuntos monetarios y en el FMI (Fondo Monetario Internacional).
Los límites que ve Nye al poder de Europa residen en el grado de unidad dentro de la Unión Europea, que no se puede comparar al de un país. En lo relativo a la economía el autor cree que los dos actores internacionales están avocados a la cooperación. Y en lo relativo a la cultura, las distintas visiones sobre el mundo entre norteamericanos y europeos, producidas por el punto de vista unilateral norteamericano, producirán un alejamiento más que una confrontación.
Así que Estados Unidos no tiene por qué preocuparse por los enemigos estatales que puedan surgir a corto plazo.
El ajedrez tridimensional


Por lo que respecta al poder estadounidense, éste habría que encuadrarlo en la metáfora que utiliza Nye de la partida de ajedrez tridimensional. En el tablero superior está el poder militar, que tiene Estados Unidos.


En el tablero central, el poder económico está sostenido por Estados Unidos, Europa y Japón, y una probable China. En el tablero inferior, de fondo, están las relaciones transnacionales, con el poder muy disperso en la era de la globalización, en donde quedan fuera los controles gubernamentales.


Estas relaciones transnacionales han tenido un gran crecimiento en los últimos años gracias a la revolución de la información, a la disminución de los costes de la comunicación y a su enorme difusión. Esto ha hecho que los gobiernos hayan perdido parte de su control tradicional sobre la información, como en China o Rusia.


Esto hace que haya nuevos desafíos a partir de las amenazas de agentes privados, como los terroristas internacionales. Pero la globalización no hace que los países grandes pierdan ventajas militares aunque sigan existiendo estos grupos terroristas, sino que son algunas vulnerabilidades como lo eran otros aspectos en otras épocas.
Además, el poder blando adquiere mayor importancia en comparación con el poder duro y ayudará a que estos grupos terroristas tengan menos facilidades. Pero para llegar a una solución, Estados Unidos no debe actuar de forma unilateral, sino en cooperación con otros países, coordinando actividades para mantener la estabilidad mundial.


A Joseph Nye también le parecen interesantes las pruebas de que Estados Unidos esté avocado a la decadencia, pero según él, "aunque Estados Unidos tenga problemas sociales -y siempre los ha tenido-, no parece ir directo a la catástrofe a toda velocidad" (pág. 160). Esto viene dado por la tendencia de los medios de comunicación a hacer hincapié en los sucesos relacionados con las malas noticias, por lo que el nivel de optimismo es bajo.


Con todo, Nye no cree que esto sea decisivo para influir en el poder blando, ya que el pesimismo es una característica del pueblo estadounidense. La inmigración para Nye es favorable a largo y corto plazo (aumenta el atractivo de la sociedad norteamericana y tiene ventajas en sectores que necesitan inmigrantes cualificados, respectivamente).
Política exterior
En lo relativo a la visión de la política exterior del gobierno de 
EEUU, el problema principal que ve Nye es el de la indiferencia y el de la preocupación por la realidad doméstica, ya que es una dificultad a la hora de utilizar el poder. Por lo tanto, Nye no cree que las dificultades se arreglen volviéndose hacia dentro, hacia el aislacionismo que tantas veces han asumido los norteamericanos.


En resumen, Nye critica a los aislacionistas y unilateralistas, ya que los unos creen ser invulnerables al terrorismo internacional volviéndose sobre el país y los otros debilitan el poder blando animando a otros a crear coaliciones que acabarán debilitando el poder duro de EEUU, que a partir de unos supuestos objetivos globales pretenden influir en cualquier elemento que les suponga un obstáculo.
Por lo tanto, Nye propone una "definición amplia del interés nacional de EE.UU., que tenga en cuenta los intereses de terceros, y corresponde a los políticos incluir este asunto en los debates populares" (pág. 192). Esto va dirigido claramente a la primera administración Bush, por su política de "si no estáis con nosotros estáis contra nosotros" en el plano internacional, y su discurso interno de hacer que todos los acontecimientos tengan que estar relacionados con el terrorismo y las actualizaciones unilaterales.
Por ello propone que el debate político sea la forma de determinar el interés nacional norteamericano, con la participación de los ciudadanos. Además, no se pueden resolver muchos de los conflictos sin la cooperación de terceros.
Según Nye, lo que 
EEUU debe hacer es lo mismo que Reino Unido en el siglo XIX: mantener los equilibrios regionales de poder (equilibrio de poder de Kissinger) y desanimar los intentos locales de emplear la fuerza para alterar las fronteras, fomentar un sistema económico internacional de carácter abierto y mantener los bienes internacionales comunes abiertos a todos. Además debería también mantener las normas e instituciones internacionales, cooperar en el desarrollo económico y servir como impulsor de coaliciones y mediador de disputas.
Por último, el enfoque que propone Nye para las relaciones internacionales es el multilateralismo, que aunque a corto plazo parezca que supone un coste alto, a largo plazo es lo que va a favorecer a 
EEUU a conseguir sus objetivos.
Aunque sea improbable que Estados Unidos vea peligrar su hegemonía a no ser por su propia arrogancia, y que la única entidad con capacidad para que se produzca un desafío sea la Unión Europea, "Estados Unidos no sólo debe conservar su poder duro, sino saber entender su poder blando y cómo combinar ambos para desarrollar sus intereses nacionales y globales" (pág. 233).
Conclusiones
Según mi opinión personal, hay varios elementos en el libro que chocan. Uno de ellos es la visión que tiene Nye sobre su cultura, la estadounidense. Según él, es advertida como un ejemplo para todo el mundo y admirada más que ninguna otra. Está claro que debido a que la globalización hace que la información sea más dinámica que en otras épocas, los tanteos sobre Estados Unidos y su política exterior han hecho que las percepciones tanto en Asia, Europa y América Latina hagan caer del pedestal al gobierno norteamericano. 



Sus actuaciones en Vietnam, Panamá, Sudán, Corea, Irak, y tantos países hacen que el poder blando de EEUU, según la terminología de Nye, sea cada vez menor.
Otro aspecto que sorprende del libro, es su forma de hablar de la Federación Rusa como potencia. Nye se refiere a Rusia como una potencia "reacia a renunciar a su estatus nuclear" (pág. 51), cuando en numerosas ocasiones el gobierno ruso ha avivado el debate sobre el desarme nuclear y es clara su impotencia relativa a la salida de 
EEUU del tratado ABM de misiles antibalísticos de 1972. Y no parece que los norteamericanos vuelvan a dar un paso adelante a favor de la no proliferación nuclear.


Por lo que respecta a la UE, Nye hace referencia a que no está clara una unión fuerte y que los países individualmente serán reacios a que se les corte su soberanía. Sin embargo, hay hechos que sitúan a la UE como un actor internacional incluso antes de su formación como "Estado". Asimismo, está visto que el euro apareció de forma dubitativa pero a corto plazo se ha impuesto como moneda fuerte frente al dólar, lo que hace que el poder económico de 


EEUU mengüe a favor de Europa de manera irremediable.
En resumen, “La paradoja del poder norteamericano”  me parece un libro que sintetiza muy bien las ideas norteamericanas sobre la política exterior y lo que segú Nye debe ser la continuidad en un futuro donde la globalización y la información transnacional son los aspectos más importantes dentro del poder de cada Estado.


Sin embargo, para quienes no somos ciudadanos norteamericanos, y más bien vemos como iguales a todas las naciones, ésta forma de ver el mundo de las personas influyentes en el accionar del poder norteamericano, debe ser motivo de atención, porque ellos siempre ponen de primero, de segundo y de tercero a EE.UU. y sus intereses, es decir que se acercarán a otras naciones, pequeñas o grandes y ofrecerán ayudas que siempre tendrán un doble fondo y buscarán siempre su propio beneficio, aunque lo interesante y el reto para ellos es hacer creer al mundo lo contrario.


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